De la sonrisa perdida
en la luz de velador, esos ojos prendidos por
el sueño y las drogas. Sensaciones que me deambulan, centinelas aparcados
en zonas prohibidas. Años luz de un momento hace un
instante, un monólogo infinito sin r ni c. Plantar
la idea al futuro, sin presente que
sostenga mi amor, voy así…cabezadura rajada,
a pedazos pero voy.
Ya lo dije todo, y sin embargo restos
en el cenicero me alertan del peligro,
un silencio cual “te amo” al sol un día de primavera
junto al río, se transforma
prematuro, y el orgasmo
de horror hace
eco por todos lados. La plegaría se
hace lágrima, la duda, desgaste. Y es que me voy poniendo
vieja, y me duelen los huesos demasiado ya. Obstinada mi voluntad, el cuerpo deberá aguantar...