A veces espero borrar tu decepción, la carta suicida sobre
ruedas de un mal sueño.
A veces venís a mi en personas, en deseos, comparaciones,
silencios, ausencias. Venís como envuelta de paisajes nuevos, de perdones
expectantes, de una realidad menos cruel, de vidas menos sufridas. Venís a
abrazarme, a darme un beso y decirme que todo va a estar bien. A veces lo creo, y me encuentro pensando,
cuando asoma la muerte a mi alrededor, cuando llega el invierno, y mis pies están
fríos. Me olvido como es extrañar la presencia de tu voz, me sorprende
tu sonrisa en un flash. A veces todavía se lo que es rezar, el gusto de la
comida en familia, cebar mates, esperar a que llegue alguien.
Y a veces me aferro al llanto, hecha cenizas en un espejo, me voy a encontrar algo tuyo en alegrías que duelen, saltando de canción en
canción, con mis pocas virtudes multiplicándose, mis ojos bien abiertos. Estoy bien.