Retrasar la tristeza en la profundidad de las lágrimas no tiene sentido ya. Hoy gritas por el alma, sangre...Ves deshacer tu carne morena en la decadencia de lo que sos. El amparo te deja afuera mientras tus extremidades se gangrenan. Asco, vomitas y volves a tragar. El hedor a soledad perfuma tus diarios, en los minutos gastados, te abandonan todos los que has amado. El siencio retumba, sigiloso se arrastra, te muerde las manos, te infecta los pulmones y el corazon. Escondido debajo de tu cama, en la funda de la almohada...Robandote los sueños, la energia para romper de una vez por todas, con ese peso muerto que cargas degustando las heridas que te causa.