Urbanidad cubierta, cemento desteñido.
La vida melancolica, de una chica común, con vestigios de dolor y pasado. La cámara muestra su alma desnuda, y sus ojos indundados. Pequeñas soledades diluyen la luz de ese diafragma cerrado. Lluvia radioactiva amenaza con mostrarnos las heridas, y la hambruna. Me tapo la cara, los ojos, porque no quiero que veas mis penas. Quiero sufrirlas sola, quiero morir esta noche de tristeza, quiero no pensar en ese amor que simplemente no entra, que veo por fuera, empapado de noche y preguntas.