Sonrio porque calladita la vida vociferó un nuevo paradigma. Resiliente la piel de oscuridad, rieles sobre un arcoiris y el mar más hondo lo encontré en un vaso.
No más un fauno en mi cama, no más el deseo materno, hay un proyecto, quien encuentra relleno de mi vacío satisfecho, uno mío solo mío. Salí del laberinto. Que si la vida es un mensaje que inspire o me deje morir.