Me ahogo con la lluvia de jueves,
siento la quietud, la ausencia del dolor,
no veo el reflejo de sus ojos extraños,
la nada reina en el caos nocturno.
Aguanto la angustia en el andén,
regreso a casa de un viernes agotador,
no se como estoy, estoy, creo, bien,
no lloraré en el consuelo absurdo del frio.
Estoy viva, estoy y respiro,
el tren llega, hielo en estos ojos negros,
otra fosa por cavar, flores secas que cortar,
éxito sin gusto, placebo feliz, hueco en mi.
Paso el punto bifurcado, no siento, igual me rio,
el clima y la ciclotimia, mis hormonas y las neuronas,
no alcanzo mi centro desde donde estoy,
impacto contra ese cuerpo y me incendio.
Me toma, me hace lo que quiere, violencia,
locura insana, adición, me inyecta, anestecia,
quedo en cero, flotando sin hambre, sin sed,
por debajo de la mentira, la desesperación silenciada.
Tengo escalofríos, estoy adentro, de lejos perdida,
madame Sui me llama en guaraní, soy extraña de mi espejo,
¿dónde estoy? ¿por qué quiero gritar, llorar?
sobro en esta cama, quiero irme, la luz me hiere.