A tiempo llegué a ver la última hoja caer, a despedir un sol calcinado, una ciudad de mármol gris, el día sin pulso. Mis fuerzas rotas, como una bestia de carga en su hora final; infectada, vieja y cansada. Punto final, algo se muere. La voluntad? Las ganas? Por qué no…la fe… Intermitente la luz esta de mierda, que no puedo cambiar. Hoy prefiero quedarme a oscuras, pero de un lado. Me hundo, me hago sombra con el costado más triste de la cocina, hambrienta y enojada, sola. Pero definida. No voy a prender la luz del primer beso, no voy a colgar mis ojos para alumbrar nada ya. Por todas mis heridas, por mis huesos gastados, por mis lágrimas y traumas, porque ya no tengo donde lastimarme, porque ya se como termina.
Doy el paso, y salto, al vacío y al olvido, ya no quiero. Que venga la muerte de una vez, porque estoy podrida de la espera y no manejo bien la ansiedad.