Ya no registro qué día es. De alguna forma el tiempo perdió
importancia entre estas montañas. No siento la opresión del reloj aquí. Será porque el cielo es otro, los días son largos y las noches tienen luz propia. Es otra vida esta, es no preocuparse como uno se ve, es levantar la vista y encontrarse rodeada por la inmensidad que lo pone todo en perspectiva.