En esta oscuridad de la madrugada algo se despierta,
una añoranza extraña y caprichosa.
Algo pasa, algo que no esperaba,
Demasiado pronto extraño tus ojos verdes,
la alegria, que se evapora cuando no estas.
Un hambre que crece, y se deja llenar,
Te pienso, sonrio tontamente y mis mejillas se colorean,
Embotada de esto que me pasa, lucho inútilmente contra
esa posibilidad de que quizas seas vos quien me haga feliz,
aquel que desarme mis defensas, simplemente me vea, me quiera.
Donde quedo el dolor del viejo amor,
Las heridas sanan a resguardo de un tiempo mejor,
Recuerdos que se alejan y me permiten respirar,
Para sentir la vida penetrar, en estos ojos negros,
para dejarme en tu pecho reposar de a ratos.
La locura que aflora, la libertad que toma forma,
El gusto a malta en tu boca, la magia de la luna,
Eso que a vos tanto te gusta, la ternura de cada encuentro.
La vorágine de los besos, la atracción de los cuerpos.
Tu sonrisa que me puede, los susurros en mi oído.
(...)