Algo asi como exorcizar al destino no? Resiliencia, palabra
poderosa y esperanzadora si las hay. Por
definición alude a propiedades de ciertos materiales para resistir una fuerza o
golpe y volver luego a su estado
natural. Yo en mi tragedia encuentro
este concepto cálido y regenerador. Puedo llamarme orgullosamente resiliente. Lo
noto cuando despierto, durante el transcurso del día, al irme a dormir. En los
espacios donde vienen los pensamientos indeseados, la tentación de hacer
contacto con la oscuridad. Una energía luminosa se asienta en mis hombros, en
mis adentros. Me desafía con una caricia, a dar un poco más, a resistir, a buscar ideas
y lugares nuevos, a mirar hacía adelante. Es cuando luego de un rato, de
algunos ejercicios de respiración, de irme a correr, compartir con los que amo.
Se echan a andar esos mecanismos yoicos;
los recursos que tengo, esos que surgieron como consecuencia de la
adversidad, y salgo transformada
positivamente del trance. Soy capas de recordar con menos dolor, de desear
felicidad, incluso de ofrecer este concepto que me enamoró.