Es mágico cuando el miedo se transforma en esperanza. Como nuevos vínculos nacen para darnos luz y futuro. Yo me encierro en mi paradigma, en mis cárceles de miedo, mientras por otras partes la luz tenue, de a poco se hace mañana, se hace cordón y fuerza. Un cable a tierra que raramente me hace soñar de mil formas, me enfrenta a la soledad absoluta, a miles de infiernos y recuerdos. Yo, que nunca tuve nada más que a mi, veo un regalo en mi puerta. Y entre toda la tristeza, lo que se va y ya no esta, en la hora más oscura de la noche algo cobra vida y me empuja a la adrenalina de lo incierto. Alcanzo a abrazarme antes de partir, a dejarme enseñar por esta vida, a no buscar consuelo, a llorar toda mi desesperación y escupir mi corazón roto. Levanto la vista y todo tiene un sentido nuevo, un propósito y un fin.
Un plan de un año, para viajar y ver otras realidades, transformar un mundo.
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Vida |
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