Y qué pasaría si existieras? Acaso sería tan malo? Tus ojos de sueño en mi almohada, mis tristezas y alegrías todas contenidas en la sonrisa sanadora del llanto imparable. Me como la cabeza fantaseando, poniéndote capas de piel, moldeando tu rostro con adjetivos, colores, ilusiones.
Tengo miedo de no poder dejarte morir cuando el tiempo me lo exija, que me des vuelta el mundo, y que no tenga como volver atrás. Es un lamento dulce que vivo en la soledad de mi cama, cada noche, el sopesar la felicidad de conocerte, contra esta idea de dolor perpetuo. Porque serás culpable de todo a partir del punto sin retorno, serás la vida, mi razón de existir, el hambre, el hastío, la compañía, lo incierto, lo espontáneo, lo que me haga crecer, pero no envejecer. Serás lo egoísta que no puedo ser yo, serás lo más bello, lo más imperfecto, la rendición de todos los sobreanalisis idiotas. Serás la verdad, serás la luz, serás mi aire. La salida del encierro sin ventanas, el arcoiris en esta realidad de acuarelas, lluvia de verano, serás pegajoso sinónimo de caos, serás psicodelia, dolores de cabeza. No habrá nada fuera de los límites de tu humanidad, dejaré de fumar, comeré a las horas adecuadas y responsablemente me levantaré todos los días para verte dormir de a ratos. Mi insomnio no te sobrevivirá. Y seré feliz al sentirte feliz, saltaré, mataré, porque asi te querré; hasta que la vida se agote en mi, y se apaguen mis estrellas.