Luminarias de una mañana,
sol cortado Juliana,
la piel descubierta y aun tibia,
de besos frescos,
y frutillas en estación.
No despiertan las alarmas,
sobreduermen los gallos
y frenan todos los autos.
Están vacías las
esquinas,
aburridas las noticias.
Hay polvo sobre el mar
y pelos por todos lados,
es densa la niebla,
pero llueve con sol,
y prometen arcoiris
los magos del tiempo.
Lengua para afuera,
asomo mi nariz al balcón,
entre mis pechos
hasta tu beso en el ombligo te siento.
Silban las chicharras
colapsa la ciudad del miedo,
reinventa el poeta la risa,
con lima y sandía,
jugo de naranja
y verano en las mejillas.