Ya no vengan a decirme que todo va a estar bien, porque nada
esta bien. El mundo esta al revés, y uno
pensaría que por sufrir toda la vida , se acostumbra al dolor el corazón.
Déjenme desesperar en esta agonía irreal, en la negación de
lo que pasa… Voy a cerrar los ojos, como pueda pero los voy a mantener
cerrados, no quiero ver más. No quiero una foto, ni un recuerdo, no palabras vacías
o gestos de culpa. El que quiera mis ojos, que los tenga.
Se detuvo el tiempo en mi piel, en mi cachete una lágrima,
para marcarme como un carnero la verdad de todo lo que no veía cuando no estaba
ciega. Y se piensa que por sufrir mucho
uno se acostumbra al dolor. Mas duele todo igual, estoy elocuente en mi vacío, porque no tengo
mucho más que hacer, todo se predispone al desastre, me lastima el sueño, se
desgarran mis neuronas. Pero no me puedo callar, siento que me falta el aire, y
de nuevo, duele todo.
El tiempo se detuvo si, y mis manos temblaron, mi cuerpo se
aceleró, y me volví de repente una lectora veloz…el engaño entraba como una
droga intravenosa. Mientras me convertía en un fauno, cementada por la bronca,
por la inocencia de creer en lo
increíble. Rotas mis piernas, mis caderas, rotos mis soles, mis dedos, mi dios.
Todo a mi alrededor como la puesta de un teatro venido abajo.