El precio de caminar hacía adelante y dejarte atrás, este
vacío, tu lugar en mi. Este domingo de
silencio y calor, una cama extraña de sábanas transpiradas de nostalgia. Una
ciudad en los sueños tapada de agua, con mis deseos flotando entre rascacielos
y bocas de tormenta. Con mis alas listas para alzar el vuelo, mis pies curados
para correr, beso tu frente y me despido. Un rato voy a extrañarte una última vez, tranquila
en la quietud de estas horas, en la melodía del verano agridulce
que se acerca. Voy a respirar en tus besos, a reir en tus mejillas. A dejarme
hacer el amor, a inspirarme de fotografías coloridas y alegres. Las cosquillas de cada mañana, en mis costillas.
Entro allí, a ese pequeño recuerdo donde habitan nuestras
mejores versiones, donde nadie nos toca y no existe el tiempo. Nuestro limbo de
pareces blancas, de poesía y arte. Voy a bailar con mi amor, en pijama, sin
tacos ni maquillaje, voy a despojarme de la madrugada en tus brazos. Mientras
llegue el otoño de la muerte, y la luz cambie para siempre.