Imagino como sería tenerte a mi lado en este instante. Rogaría por tus manos, en mis labios una plegaria de libertad, tus labios incrustarían en los míos, violentos, apasionados. Vos y yo, a mil años luz de esta realidad que nos mantiene ajenos, en nuestra plaza, llenos de posibilidades.
Me intoxica la idea de verte, y no siento culpa por desearte como lo hago. No existe lo que decimos, lo que tanto en secreto y silencio nos queremos. Adoro la adrenalina que me das, perdón, no lo puedo evitar. Muero por tus ojos melancólicos, tus labios, dios…tu lengua, tus manos. Aunque solo sean instantes pequeños, demasiado ínfimos para que nadie voltee a mirar, en los que la magia nos despega del suelo, y te acojo en mis brazos, mientras mis sentidos uno a uno cobran un poder sobrenatural, y te siento más mio que nunca, que nadie. Te reclamo, y te proclamo mio, dispuesta a dejarlo todo, de huir y perderme en esta locura, tan perfecta como irracional.