Que gusto a domingo viejo, que café de mierda, que bronca,
que tristeza. Que frío, que olor, que cansancio, que desgano. Que depresión,
que poca voluntad. Que domingo, que añoranza, que desesperación, que dolor. Que
angustia, que repetitiva estoy, que suicida. Que mierda darme cuenta que a
alguien le importo, que bronca tener motivos para seguir, que mierda saber que
mi fe fue mal puesta, que todavía anhelo el cuerpo de un muerto. Que mierda,
que sea domingo, que mierda no poder cambiar un disco, tener que volver a
verte, pedir ayuda, querer salir adelante. Acordarme de una película, y buscarla
solo para no encontrarla, para lastimarme un poquito, para sentir un poco más y
tirar para abajo.
Que autocompasión destructiva, que necesidad de un abrazo y
tener la fuerza para borrar los gigas de recuerdos. Si es esa película, la de
la arquitecta y el loco del astro boy empaquetado. Y me chupa quien lea, porque
por mis estadísticas, los de al lado se morbosean en mi dolor. En mi desgracia,
y mi nuevo pelo corto. Y me cago en todos ustedes y en lo que me a costar
volver a ponerme en piel, que crezca mi cabello y reconocerme en un espejo. Hoy
es domingo y me permito esto, porque mañana arranca la carrera para rearmarme, ponerme linda, volver a creer
en algo y dejar de llorar.